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CHA EXIGE QUE SE RETOME, INMEDIATAMENTE, EL PROYECTO DE LA IMPRENTA BLASCO

El equipo de gobierno está perdiendo una gran oportunidad para volver a dar a Zaragoza la importancia que tuvo históricamente como referente español en materia de imprentas y artes gráficas, un proyecto imprescindible para mejorar la candidatura de la capitalidad europea de la cultura.

Las obras de rehabilitación de la Imprenta Blasco tenían que haber empezado a finales de 2007 pero todavía nadie ha sacado del cajón el proyecto en el que se encuentra, algo que está deteriorando todo el material antiguo de imprenta que se encuentra en el edificio de la plaza Ecce Homo. Tan sólo era cuestión de poner en marcha este proyecto que está redactado, pagado y enmarcado dentro del plan de mejora del Casco Histórico junto al proyecto del Palacio de Fuenclara, tal y como ha dicho hoy el portavoz de CHA, Juan Martín. La rehabilitación del edificio tiene un presupuesto de 1,8 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 meses. El edificio está protegido y calificado de Interés Ambiental, y además se encuentra ubicado dentro de la Delimitación del Entorno del Palacio de los Luna, Audiencia, declarado Bien de Interés Cultural. El proyecto fue redactado por los arquitectos Javier Borobio y Sonsóles Borobio del Estudio BAU de Arquitectura. El local 1.140 m2, ubicado en el edificio de la plaza Ecce Homo, albergará una sala multiusos, talleres, biblioteca y una sala de lectura. El objetivo de este espacio es recuperar fielmente el ambiente fabril que tiene y todos sus valores históricos y educativos. La Imprenta Blasco forma parte del proyecto «Casco Universitario» impulsado por CHA por el que se pretende dotar de vida universitaria a este distrito universitario. La Imprenta no sólo servirá para este proyecto que quiere traer estudiantes universitarios al Casco Histórico sino también dará un impulso definitivo a la candidatura de la Capitalidad Europea de la Cultura por lo que el equipo de gobierno tiene que empezar ya su rehabilitación.

 Este edificio de talleres de la plaza Ecce Homo fue proyectado en 1921 por el arquitecto zaragozano Teodoro Ríos, y albergó la importante Imprenta Blasco hasta el año 1999. Sus valores patrimoniales destacan, no sólo por su arquitectura industrial, sino por su valor histórico como testigo de más de un siglo de historia de las artes gráficas en Aragón, por lo que conserva mobiliario y maquinaria muy interesante.

 Zaragoza tiene el honor de ser una de las primeras ciudades de Europa que utilizó el invento de Güttemberg. En 1475, apareció en la Ciudad el «Manipulus curatorum» de Guido de Monte Rotheri, impreso por Mateo Flandro, de origen alemán, iniciando una tradición en el arte impresorio cesaraugustano que siguieron los hermanos Juan y Pablo Hurus, Enrique Botel, Leonardo Hutz, Juan Planck, Lupo Appentegger o Jorge Cocci. También Zaragoza fue cuna del impresor Joaquín Ibarra y Marín (Zaragoza, 1725-Madrid, 1785), considerado el mejor impresor del siglo XVIII. Creó en 1770 la tipografía «Ibarra». Se dejó de usar en 1965 pero fue recuperada por Gráficas San Francisco en 1993 y desde 2006 ya está disponible en los ordenadores gracias a la recuperación llevada a cabo por la Universidad de Zaragoza.

.- Las obras de rehabilitación de la Imprenta Blasco tenían que haber empezado a finales de 2007 pero todavía nadie ha sacado del cajón el proyecto en el que se encuentra, algo que está deteriorando todo el material antiguo de imprenta que se encuentra en el edificio de la plaza Ecce Homo. «Tan sólo era cuestión de poner en marcha este proyecto que está redactado, pagado y enmarcado dentro del plan de mejora del Casco Histórico junto al proyecto del Palacio de Fuenclara», afirma el portavoz de CHA.

CHA ZGZ

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