EL PSOE SE NIEGA A RETIRAR LOS SÍMBOLOS RELIGIOSOS DE LOS ESPACIOS OFICIALES
Desde el grupo municipal de Chunta Aragonesista presentamos una moción 080425laicismo para su debate en el pleno del 25 de abril. Proponíamos que la corporación municipal declarara su aconfesionalidad institucional y en virtud de ella dejara absoluta libertad a sus componentes para acudir o no a manifestaciones de carácter religioso de cualquier confesión. También pedimos que se retirara cualquier símbolo religioso de los espacios oficiales del Ayuntamiento. Esta moción se presentó ante la aprobación de la ordenanza de protocolo que acaba de aprobar el equipo de gobierno PSOE-PAR.
La concejal de CHA, Carmen Gallego, explicó que el objetivo de esta iniciativa era adaptar el nuevo reglamento de protocolo, ceremonial, honores y distinciones del Ayuntamiento de Zaragoza a las nuevas realidades puesto que el nuevo reglamento establece la obligatoriedad de la asistencia de la corporación como tal, a actos de carácter estrictamente religiosos.
Pensamos que no hay que privilegiar ni perjudicar a confesión alguna para evitar que nadie se sienta discriminado ni desfavorecido. Por eso es importante la retirada de cualquier símbolo religioso en el caso del salón de plenos, en el que habitualmente se coloca un crucifijo de cierto tamaño.
Nuestra sorpresa vino con la respuesta del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, (PSOE). Dijo al respecto que mientras él sea alcalde no se dejará de usar ese crucifijo. Según explicó, «las sociedades más maduras son las que no cambian las costumbres y tradiciones, sino que las acumulan y superponen». El crucifijo está en el salón de plenos desde el siglo XVIII «y me basta», además de que «creo que eso no tiene que ofender a nadie».
El pleno contó con la intervención de un miembro del Movimiento Hacia un Estado Laico (MHUEL), Ángel Ruiz, quien aseguró que su colectivo se había quedado perplejo ante el reglamento del protocolo del Ayuntamiento de Zaragoza porque parece que la confesión católica tiene un inequívoco carácter municipal.
Ruiz defendió que las creencias de cada personal pertenecen al ambito de la intimidad y por eso no entendemos que haya que asistir a las ceremonias religiosas allí citadas. El representante de este movimiento pidió un ayuntamiento realmente aconfesional, es decir, respetuoso, pero al mismo tiempo situado por encima de cualquier confesión y posición de conciencia.
Este nuevo reglamento establece la obligatoriedad de la asistencia de la corporación como tal, a actos de carácter estrictamente religiosos, algo que a nuestro entender se debe modificar en virtud de la neutralidad confesional de los poderes públicos en una sociedad plural, en la que no hay que privilegiar ni perjudicar a confesión alguna desde el respeto a la libertad individual para ejercer la libertad de conciencia y religiosa.
El objetivo de la moción era evitar que nadie se sienta discriminado ni desfavorecido por los símbolos de la religión católica.
Respecto a la pintura que preside este salón, también de carácter religioso, sabiendo que se trata de una manifestación artística, aprovechando la actual remodelación de este espacio, se podría ubicar en otra zona de la casa consistorial. La cuestión es que este protocolo vulnera la libertad de pensamiento, conciencia y religión que recoge la Declaración Universal de los Derechos Humanos. También el nuevo Estatuto de Autonomía de Aragón consagra que los derechos y libertades de los aragoneses son los reconocidos en la Constitución y los incluidos en la citada Declaración Universal. Algo que no casa con este protocolo.
La concejala de CHA, Carmen Gállego, recordó en el pleno que la ciudadanía de Zaragoza tiene 30 días para presentar alegaciones al nuevo reglamento de protocolo, ceremonial, honores y distinciones del Ayuntamiento de Zaragoza ya que está a exposición pública. La moción sólo contó con los votos favorables de CHA y de IU. PSOE, PP y PAR votaron en contra.
¡Y cuanta razón encierran sus palabras! Soy agnóstica pero escrupulosamente respetuosa con nuestras tradiciones que son un legado que ha llegado hasta nosostros de nuestros ancestros y tenemos el deber de conservar. Y se quiera o no ver, pertenecemos a la Cultura Cristiana, mal que le pese al CHA y a quien sea. Me ha parecido, por tanto, realmente admirable la actitud de este Alcalde. Ojala abundasen políticos tan sensatos como este.