LA ROMAREDA VUELVE COMO UN BOOMERANG

Como un boomerang o como una metáfora de los tiempos que corren, la Romareda puede ser el ejemplo del cinismo y del mal hacer de unos cuantos políticos. Ha tenido que ser la grave crisis económica la que desentierre los fantasmas del pasado en donde el PP y el PAR decidieron parar a los tribunales un campo que no les «cuacaba». Qué actualidad cobran estas palabras. Sería bueno conocer los entresijo del quién y por qué se hizo eso. Hoy, solo los nostálgicos se acordarían de que una nueva Romareda llevaría ya cinco años funcionando en la ciudad, a coste cero para la ciudadanía, pero el boomerang ha vuelto tras la decisión de la candidatura olímpica Madrid 2020 de incluir a la «vieja señora» como subsede olímpica. El comité olímpico la ha propuesto y el Ayuntamiento de Zaragoza lo ha aceptado. Pero dando un cheque en blanco a Madrid y si no te lo crees, lee este acuerdo firmado entre el Comité Olímpico y la ciudad de Zaragoza. El gobierno de la ciudad (PSOE), sin encomendarse a nadie ha firmado el acuerdo y ya ha empezado a diseñar la reforma de la Romareda, que tendrá un coste entre 20 y 25 millones y que según el acuerdo, será financiada íntegramente por Zaragoza.
CINISMO DEL PP
Desde CHA pensamos que esto es inmoral. El Estado prohibe a Zaragoza cualquier tipo de inversión pero para estas obras sí que hay dinero cuando están recortando en servicios esenciales. Nuestro grupo ha presentado esta moción para pedir que antes del 1 de junio, el Comité Olímpico y el Gobierno del Estado asuman por escrito el compromiso de que asumen todos los gastos económicos y financieros que puedan suponer para Zaragoza. El Ayuntamiento no puede enviar un mensajes de austeridad y de recortes y a la vez entregar un cheque en blanco. CHA no tiene problemas de que Zaragoza sea subsede olímpica, a pesar de la inmoralidad que supone que Madrid, la ciudad más endeudada de España, que está privatizando la Sanidad y recortando servicios básicos como la educación, presente este proyecto. Lo que pedimos es saber quién va a pagarlo porque cuando hay que cerrar los acuerdos es ahora y, en estos momentos no hay dinero.