En la Romareda, antes del 1-3
Estuve ayer hablando con aficionados que iban con su familia, con sus hijos e hijas a ver el partido del Zaragoza contra el Osasuna. La gente entraba ilusionada al estadio, creyendo que la fiesta del Bernabeu iba a continuar. Yo tambien, lo confieso. Fue impresionante ver la riada de personas que, montados en el TRANVÍA, desembarcaban en la Romareda. Tuve ocasión de hablar con mucha gente, fundamentalmente sobre lo que hizo el PP y el PAR con la Romareda. – ¡Con lo rápido y bien que venimos ahora con el tranvía, ahora entendemos el lugar estratégico que ocupa este estadio!,
me decían algunos. ¡Qué campo tan chulo tendríamos ya y encima gratis para la ciudad, decían otros! Bueno, pues la operación ladrillo sigue en marcha , aunque de seguir así el Real Zaragoza a lo mejor se deja el campo para el siglo XXII. Yo creo que el 1-3 de ayer lo provocó el mal fario que dejaron algunas personas que ayer fueron al palco de la Romareda (Eloy Suárez, Carlos Pérez Anadón, Lola Campos…) los que aguaron el partido. O, quizás, su presencia conectó con el triángulo del Pignatelli que ordenó a Agapito hacerse con el club y cambiar ladrillos por jugadores. El cambio ha sido tan nefasto que ahora ni ladrillos, ni jugadores y de seguir a este paso, ni club.