La medallista olímpica Andrea Blas, hija predilecta de Zaragoza, a propuesta de CHA
Del podium de los Juegos de Londres al reconocimiento como hija predilecta de Zaragoza pero no solo por traer a la ciudad la medalla de plata conseguida en las pasadas Olimpiadas, contra Estados Unidos en Waterpolo, sino por encarnar la lucha de una joven mujer que lo ha dado todo por entrar al cielo olímpico. Su primer contacto con este deporte fue como espectadora, en las gradas de la piscina de Bomberos, en donde entrenaba su hermano. No le duró mucho este papel porque al poco tiempo ella misma decidió participar también. Tenía tan solo siete años y el firme propósito de hacer de este deporte su vida.
Empezó en laEscuela Waterpolo Zaragoza, en donde su fortaleza, liderazgo y capacidad se aunaban con una “rasmia” especial, cualidades que le sirvieron para que la selección española se fijara en ella. Con la selección sub-20, se proclamó campeona del mundo en el Campeonato Mundial Júnior de 2011 y el debut de la selección española en las Olimpiadas destacó con el gol que Andrea metió a China. Su compromiso con la selección le ha obligado a ir a entrenar a Barcelona pero ella sigue sin querer cortar sus lazos con la ciudad que le vio nacer. Por eso sigue formando parte de su club y continua aquí estudiando para ser una futura fisioterapeuta, a pesar de que podría tener la vida más fácil si hubiera aceptado las diferentes ofertas deportivas de varios equipos catalanes. La recompensa a tanto esfuerzo ha sido esta décima medalla olímpica que ha llegado a Aragón.
Ahora el reto de Andrea Blas es, a sus veinte años, potenciar el waterpolo femenino y unirse a su club para buscar un patrocinador que haga de este deporte minoritario un referente en el panorama deportivo aragonés. Ha repetido hasta la saciedad que un equipo como el EWZ, que está al nivel del Zaragoza, no puede vivir sabiendo que un día puede desaparecer por falta de financiación. Por eso espera que su éxito como Subcampeona olímpica de Londres 2012 sirva para solucionar los problemas económicos derivados de la crisis. Además, quiere que la medalla de plata no se olvide en dos semanas. Quiere conseguir que las mujeres se interesen por el waterpolo, que hagan deporte y que vean en esta disciplina una forma de vida que siempre recompensa. Andrea Blas quiere colgar su medalla en la cabeza de esta ciudad que no se olvida de ella.