ADIOS A LA CICATRIZ DEL BARRIO OLIVER
Estamos asistiendo en las últimas semanas a la inaguración de numerosas obras que iniciaron los concejales de Chunta Aragonesista en el mandato anterior, cuando formábamos gobierno en el Ayuntamiento de Zaragoza. Además de la nueva plaza de la Romareda, fue una enorme satisfacción comprobar cómo la enorme cicatriz que dividía un barrio, desaparecía para dejar paso a un largo bulevar que servirá para regenerar urbanísticamente una zona que llevaba años abandonada por el consistorio. Lo pusimos en marcha en 2004, con los convenios con el MInisterio de Fomento. Era una obra prevista para hacerse dentro de 15 años, pero Antonio Gaspar adelantó todo para que la gran
cicatriz se cerrara lo antes posible. Ahora sólo falta que el actual teniente de alcalde de Urbanismo se ponga las pilas y ejecute la Segunda Fase que lleva ya un año esperando en el cajón. Aunque aún le quedan unos cuantos proyectos más para seguir viviendo de las rentas.